Autor: La Isla Misteriosa http://laislamisteriosa1810.blogspot.com.es/
Lamentablemente las vigas siguen siendo más inocuas para los ojos que las pajas. Eso sí, todo sigue dependiendo del dueño del ojo donde se aprecie el desagradable accidente.
Aquí no valen las revisiones históricas del papel del catolicismo en el genocidio del descubrimiento americano, ni de los asesinatos en masa en nombre de un ser divino, ni de las vergonzosas instantáneas de un ministerio que presume defender valores de tolerancia, amor y caridad, ni haber investigado con mayor ahínco las cientos de denuncias de actos completamente repudiables y que atentan contra principios básicos de la vida, ni de los daños que a cientos de niños se han infringido estigmatizándolos para el resto de sus vidas.
Aquí lo que cuenta es que a un trozo de plástico o de madera se le unte mantequilla y se introduzca en el horno. ¿Acaso a esta figura se le podía tomar el pulso como sí se podía tomar a los que sufrieron y siguen sufriendo por causas directas o indirectamente religiosas? Evidentemente las susceptibilidades de los católicos, musulmanes, testigos, mormones, judíos, etc., tienen poco aguante cuando se ven atacados por un simple vídeo o por una vulgar caricatura. Sobre los otros desmanes (aquellos de la viga en el ojo propio) ni hablar, ésos se arreglan con simple colirio.
Por cierto, ¿que podría ocurrirme si no creo en fantasmas, espíritus, OVNI, guija o echadores de cartas? Para mi, creer en sus dioses o en la niña de la curva, es lo mismo. Algo completamente absurdo e irracional. Ser ateo no es ningún pecado, ni una ofensa, ni una tara. Ser ateo es una virtud que me acerca más a la perfección. Disfrutar de mi libertad de expresión y de creación es un derecho que tarde o temprano no tendrá trabas ni ataduras morales. Utilizar la razón por encima de la fe me acerca más a sus dioses de lo que ellos mismos pudieran imaginar.
Solidaridad con Javier Krahe
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